Cuando de perder el peso que subimos en navidades o simplemente un mal hábito cotidiano se trata, no pocas veces surge de inmediato un voluntarioso propósito firme como roca, inamovible, incorruptible, generalmente después de unos vinitos o unos "whiskeys" el 31 de diciembre y despues de "pitos". -"Este año SI me meto al gimnasio, no pienso seguir así"-
Seguido del infranqueable propósito aparecen las visitas a los almacenes deportivos a buscar los "tennis" que mejor apoyo den, con la tecnología mas avanzada porque -"es que estos si son para correr mamita, estos tienen tecnología zig zag y todo, eso lo impúlsan a uno"-... en fin, unos